LA CRIA DEPORTIVA DEL DIAMANTE DE GOULD
Es un lujo y una gozada poder seguir la reproducción y posterior maduración en nuestros aviarios de este bello ejemplar importado de Australia, adaptado al estado de cautividad y aclimatado a nuestra zona. Yo se lo recomiendo a todo aficionado que se haya iniciado ya en la cría de otras aves de pequeño porte.
La adquisición de ejemplares debe hacerse poniéndose en contacto con criadores iniciados y en las exposiciones o concursos que organizan las distintas Asociaciones Ornitológicas, dado que de esta forma se pueden conseguir aves que ofrezcan más garantía para la reproducción.

Durante los días de preparación para la cría, se debe aplicar en el agua de bebida vitaminas E y algún otro complejo vitamínico (yo utilizo Nestón S y E). La alimentación en todo tiempo será a base de mixtura de semillas de grano pequeño (mijo en sus distintas variedades y alpiste en mayor proporción), acompañado de pasta de cría y algo de verduras o frutas . Si se consigue hacer que la coman, también es importante suministrarles calcio y piedra molida, beneficiosos para sus huesos y la digestión.
Pasados los días de preparación les pondremos nidos de madera o plástico con unas dimensiones mínimas de 11x11x13 cm. con entrada reducida para proporcionarles aislamiento e intimidad. Para revestir la caja nido le facilitaremos fibra de coco, preferentemente. La mayoría hace un buen nido para la primera puesta que les puede servir para las siguientes sobre todo si no cría en él.
La puesta será de tres a seis huevos, por regla general, puestos en días consecutivos. Generalmente después del último huevo suelen echarse para incubar. Hay que tener en cuenta que esta especie en cautividad todavía no está muy preparada para criar sus polluelos, por lo que es conveniente disponer de nodrizas para llevar a cabo esta función. Las nodrizas por excelencia son las Isabelitas del Japón, pajarito de semejante tamaño y parecida forma de alimentar a su prole que no extraña para nada a los polluelos de Gould a pesar de los puntos fluorescentes de la comisura de su pico. Ni que decir tiene que la alimentación de las nodrizas será la misma que la de los diamantes. A pesar de lo dicho, conviene dejar constancia de que ya hay aviarios donde se ha conseguido que los Gould críen sus propios hijos. Cuando nos encontremos con alguna pareja que así actúe debemos cuidarla e incluso dejar reproductores de esa descendencia. La cría con nodrizas nos permite obtener una mayor reproducción en menor tiempo y nos evita el disgusto de ver como los padres dejan morir a sus polluelos hasta conseguir que se puedan adaptar.
A los seis días de comenzar la incubación, se pueden comprobar los huevos que están fecundados simplemente apreciando el color oscuro uniforme de los mismos. De este modo, podremos retirar los que estén claros para concentrar mejor el trabajo de los padres. Cuando nacen los pollos, la alimentación corre por cuenta de la pareja que incubó y mantienen el buche bien lleno durante todo el tiempo si gozan de buen estado.

Los pollos intentan abandonar el nido después de los veinte días, dependiendo de su grado de satisfacción en cuanto a la alimentación que les dispensan los padres. Éstos les siguen alimentando fuera del nido, incluso cuando ellos ya se atreven a comer solos. Conviene ponerles panizo en espigas ya que les entretiene y les atrae más a la hora de coger el grano y éste es algo más pequeño.
A los cuarenta y cinco o cincuenta días se les puede apartar de los padres, este momento nos lo indica también el observar que los puntos fluorescentes exteriores que aparecen en la base del pico van desapareciendo. Debemos asegurarnos bien de que comen y beben solos y colocarles en sus nuevas jaulas la comida y bebida visible, y de fácil acceso ya que todo lo que tienen de belleza lo tienen en defecto a la hora de la supervivencia.
La primera muda comienza después de un mes de haber sido apartados de los padres. No obstante, la buena muda tiene lugar con el final de la primavera y comienzo del verano. Durante la muda se les deben administrar algunos complementos vitamínicos, facilitarles con más frecuencia las bañeras o pulverizarles con agua, y por supuesto agradecen la luz y el calor solar. Superada la muda los nuevos ejemplares están preparados para los concursos que tendrán lugar a partir del mes de septiembre.
Reproducción por parejas
Entre las posibilidades, está la reproducción por parejas aisladas, que mejora los resultados si en las jaulas contiguas hay más ejemplares en situación de cría. En el caso de optar por este sistema, lo ideal es que las aves tengan un buen espacio para volar, mínimo 45cm por ejemplar. En menos espacio pueden vivir y criar pero los problemas no tardarán en aparecer. El vuelo permitirá tener ejemplares en forma, sin acúmulos de grasa que son motivo de faltas de celo y retenciones de huevo.
El tipo de nidales es otro condicionante fundamental, puesto que a pesar de que existen muchos modelos, este pequeño pájaro sigue prefiriendo las pequeñas cajas de madera con abertura redonda. Las cajas semiabiertas pueden funcionar, pero si se hace el sencillo experimento de facilitarles ambos modelos, veremos claramente por el que se decantan. La oscuridad en el interior del nido, es muy importante para que la hembra se sienta confortable y lleve a cabo una incubación satisfactoria.
Reproducción con Isabelitas 

Con el tiempo las sucesivas generaciones nacidas en jaula facilitaron cepas más resistentes que sin embargo no eran capaces de incubar o cuando lo hacían no daban alimento a sus pichones. Eran los hijos de las Isabelitas del Japón (Lonchura striata domestica). Efectivos padres adoptivos que permitieron producir el triple de descendientes de una sola pareja de goulds. A fuerza de utilizar estas versátiles amas de cría, se lograron grandes números de ejemplares que pronto comenzaron a ofrecer una completa paleta de colores variados, expresadas en las distintas mutaciones y sus combinaciones. Un apasionante mundo que logró cautivar incluso a los que en el pasado se resistían a tener alguna pareja dado sus elevados precios. En la década de los noventa, su cría se extendía por Europa a gran velocidad y pronto se veían con facilidad en las tiendas de mascotas a precios asequibles para todos los públicos. Su éxito, la caída de su valor comercial, junto con el inconveniente de mantener el doble de parejas de Isabelitas del Japón, por cada una de diamante de Gould y sumado a la tardanza en mudar para conseguir sus tan preciados colores, propiciaron la bajada de los precios junto con el desinterés de los criadores. No ocurriría lo mismo con la demanda, que se ha seguido manteniendo en un nivel más que aceptable. Un pájaro lucrativo en el pasado, que ha
dejado de ser a ojos del “experto”....interesante.

Criadores en la actualidad
Los verdaderos adoradores de esta especie, no han dejado de lado a este emplumado versicolor. Es más, se han concentrado con más fervor en seleccionar mejores ejemplares en cuanto a color y forma. Los diamantes de Gould comienzan a ser difíciles de encontrar de forma habitual en las tiendas, con lo que de nuevo vuelven a resurgir con auge. El que lo ha tenido antes, nota su falta y vuelve a interesarse por él. Las aves ahora son mayores y más robustas. Se adaptan fácilmente a climas duros y no requieren dietas complicadas. La opción que más se busca actualmente, es la de utilizar ejemplares que sean capaces de alimentar a sus propios pichones. Son más sanos y en muchos casos pueden resultar más prolíficos.
Sistemas de cría efectivos
Cría natural
Abandonando el método del uso de amas de cría, que es productivo en cuanto a número pero no en calidad. El mejor de los sistemas es el de la cría natural por parte de los propios parentales. Una técnica que se ve recompensada con el éxito con mayor probabilidad si se utilizan reproductores que fueron alimentados por sus progenitores originales en un principio.
Cría en grupo
Si no se cuenta con esa posibilidad, se puede recurrir a la socialización de ejemplares, que consiste en agrupar varios individuos procedentes de los dos tipos de cría. Si se hace en la etapa juvenil antes y durante la muda, se logran ejemplares que se reconocen así mismos como auténticos diamantes de Gould. Otra de las ventajas de la cría en grupos, es la de la selección natural de las parejas, que ahorrará muchos huevos infértiles debido a posibles incompatibilidades entre individuos. Esta última opción funciona muy bien en amplias voladeras, donde por otro lado, estos pájaros desarrollan al máximo sus cualidades físicas.


Grupos en voladera
La condición gregaria de esta especie permite que no hayan agresiones entre los machos, con lo que si comparten recinto de cría no existirán problemas de este tipo. Con lo que una de las mejores modalidades de reproducción natural, es la de los grupos en voladera. Alojar un mayor número de machos que de hembras, es una buena norma, puesto que permitiremos que las parejas se elijan entre si, formando uniones plenamente compatibles. El número de nidos será igual o mayor al número de hembras.
Nidos

El control de los nidos por parte del criador, es fundamental en la fase de incubación, puesto que en ocasiones hay hembras que ponen mayor número de huevos de los que pueden incubar. Y es importante distribuir esos huevos correctamente entre las hembras del grupo. Lo ideal es cuatro por pareja y como máximo cinco. Del mismo modo, se puede hacer con los pichones para repartir balanceadamente el esfuerzo del equipo reproductor.
Un punto fundamental consistirá en alojar a estos pájaros en recintos aireados y en su defecto que posean un purificador de aire e ionizador. Las principales enfermedades del diamante de Gould están directamente relacionadas con su aparato respiratorio. En las regiones con climas más benignos de Europa se pueden mantener en voladeras al aire libre que es donde mejor desarrollan su ciclo vital.

Un pájaro con futuro
Desde que en 1844 el pintor y ornitólogo inglés John Gould describiera al diamante que llevaría su nombre, se le colgó la etiqueta de “entre las aves más bellas del mundo”. Y será sin duda ésto, su belleza, lo que le permitirá prosperar en la avicultura. Confiaremos pues, en la perseverancia de los criadores serios que no tengan en cuenta las modas y desarrollen con independencia su pasión.
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